miércoles, 31 de agosto de 2016

Capçitulo 3

Nos encontramos en casa de Kita. 

Es sábado por la noche y os estáis preparando para salir.

Nos encontramos en casa de Kita. 

Es sábado por la noche y os estáis preparando para salir.

-¿Vino tu tío a comer? -te pregunta ella mientras revuelve el armario en busca de un conjunto de su agrado.

-Sí. Al final apareció -respondes mientras mueves los pies en el aire sentada en la cama de tu amiga- . Y por favor, no es realmente mi tío, no le llames así.

-Pero es el hermano del marido de tu madre.

-Exacto. El germano de mi padrastro. Eso no le convierte en mi tío. 

-Bueno, no te enfades. Es más sencillo decir simplemente que es tu tío. -Se defiende ella mientras examina un vestido corto de verano.

-Supongo. -cedes aburrida.

-¿Y le gustó tu regalo? -pregunta ella mientras se prueba el vestido.

-Sí. Al final le regalé su colonia favorita. Y Unuk le regaló dos entradas de teatro para esta noche. Así que seguramente estén tomando asiento en estos momentos.

-Se hace tan raro oírte llamarle por su nombre.... -comenta ella reflexiva rebuscando unos zapatos adecuados.

-No es raro. Es su nombre. Que esté casado con mi madre y me caiga bien no le convierte en mi padre.

-Lo sé -comenta ella mirando se al espejo para observar el resultado de su elección -. Creo que me sigue pareciendo curioso que no le llames así después de tantos años.

El chirrido de la puerta al abrirse intermediario vuestra conversación.

-¿Ya estáis listas? -pregunta Alec desde la entrada del dormitorio.

-Sí. Danos solo un minuto, hermanito -responde Kita mientras guarda el maquillaje en un cajón.

***

Una hora más tarde nos encontramos en la fila de entrada a una de las discotecas de moda. Ante nosotros un cartel en relucientes letras palancas anuncia el nombre del local: "Vini Vidi Vinci"; o como también se le conoce "Triple V". 

Nos encontramos junto A un centro comercial urbano. La calle está repleta de bares y restaurantes, muchos de ellos cerrados, pues es ya tarde. 

Entramos en el local. Por fuera parece más pequeño de lo que realmente es. 

Tras dejar atrás una pequeña recepción, nos adentramos en una gran sala de paredes oscuras y luces fosforescentes en el techo. Al fondo se puede distinguir una zona de sofás y mesitas, tras la cual está situada la barra. Una puerta a la izquierda lleva a o una sala de conciertos y, otra A la derecha, a los aseos. 

Nos dirigimos una de las mesas atravesando, casi a empujones, la abarrotada pista de baile. Tú te vas abriendo hueco apartando a la gente con y tu muleta, no has traído a Rubí, en un sitio así podrían aplastarla. Tus amigos nos siguen hasta los primeros sofás que encontramos libres. ¿Para qué seguir buscando? 

La superficie de la mesa es blanca y lisa, pero al rozarla con los dedos se despliega una ordenada camera de bebidas y aperitivos. Tras seleccionar vuestras bebidas, un camarero aparece casi al instante con vuestro pedido.

— ¿No es ese el chico del parque? —Comenta Kita de repente.

— ¿Dónde está? —preguntas tú en un susurro.

—Pues ahora mismo está viniendo hacia aquí. 

En efecto, un muchacho se dirige hacia nosotros caminando torpemente entre las mesas. 

Kita, a veces algo impulsiva, le llama cuando le ve pasar a nuestro lado. 

Él se acerca hasta la mesa con cara de "¿Os conozco de algo?", aunque tú no puedes verlo.

Kita le sonríe al tiempo que te da un codazo. Tú levantas la cabeza fingiendo mirarle y también sonríes.

—Siento el encontronazo de ayer –comentas tímidamente sin saber bien que decir.

—No le des más importancia, ya te dije que te perdonaba. 

Él sonríe tal vez sin darse cuenta que no puedes verlo.

Otro chico se acerca a nosotras. 

—Exan, ¿Vienes? –le pregunta al chico del parque—, te estamos esperando. 

—Me tengo que ir, un placer conoceros –se despide apresuradamente. 

— ¿No les invitas a venir con nosotros? –pregunta su amigo. 

Él parece muy incómodo de repente.

—No hace falta –interviene Kita para salir en su rescate. 

—Insisto –el joven sonríe casi echándose sobre la mesa. 

—Hemos dicho que no –intervienes. 

El muchacho se gira hacia ti a tiempo de ver como tú baso se eleva sobre la mesa y vuelca su contenido en su cara. 

El desconocido se separa de la mesa soltando improperios y secándose la cara con el dorso de la mano. 

—Cuando quieras venir, ya sabes dónde estaos –se despide el desconocido alejándose de nosotros. 

—Lo siento –se disculpa el tal Exan—. Te invito a algo si quieres. 

—Gracias, aunque no hace fala –aceptas sin mucha ilusión. 

Pides otro baso de lo mismo que el anterior, pero a la hora de pagar la consumición, él insiste en pagar también lo que ya habíais pedido. 

—Solo le tiré un vaso de refresco a tu amigo —, le recuerdas—, no es necesario que pagues toda la ronda por eso. 

Pero él, insistente, pulsa la tecla de "Pagar" del tablero y, automáticamente, la cantidad que aparecía encima del cartelito se puso a cero.

-Gracias. Pero realmente no hacía falta -le agradeces con tu mejor sonrisa.

domingo, 28 de agosto de 2016

lunes, 22 de agosto de 2016

Capítulo 2

Tras una larga mañana de clase, por fin es hora de volver a casa.
-Aloa, ¿Vendrás esta tarde a patinar?- te pregunta kita.
¿Quedamos a las siete en El Parque de la Mariposa?- propones tú.
-Allí quedamos –confirma ella antes de despedirse.
Nosotras subimos al tren que acaba de llegar a la estación, mientras ella se queda en tierra, supongo que esperando a su hermano.
Hoy es el último día de clase de la semana, por delante tienes dos días de relax y diversión con tus amigos. Pero también de reuniones familiares, las cuales odias (después de tantos años juntas creo que te conozco bastante bien).
Mañana vendrá tu tío a vernos, pues es el cumpleaños de tu madre y nunca se ha perdido ninguno. Eso me recuerda que aún no le has comprado ningún detalle. ()
Nos bajamos del ferrocarril una parada antes de la tuya, en el tejado cristalino de un gran centro comercial.
Junto a nosotras está el ascensor que nos llevará a su interior. Tú coges a Rubí en brazos y entramos en el elevador.
El ascensor no es como se esperaría.
Aparte de los números de las seis plantas y el botón correspondiente a la parada del tren, tiene una tecla por cada una de las tiendas del centro comercial.
Diste al botón de la tienda de cosméticos llamada "B&E". El elevador de cristales transparentes comienza a moverse: Primero baja hasta la tercera planta, donde se encuentran las tiendas de cosméticos, peluquería, farmacias, joyerías, etc. Una vez allí el ascensor se traslada en dirección horizontal por el carril adaptado para ello. Tú mantienes la vista en los botones sin mirar ni un solo momento los escaparates que van pasando a nuestro lado.
El ascensor por fin se detiene. Nos encontramos ante una tienda sin escaparate con un enorme cartel sobre la puerta donde se lee claramente el nombre de la tienda. Tú entras en el modesto establecimiento guiada por Rubí. Una tendera elegantemente vestida se acerca a nosotras.
-¿En qué puedo ayudarla, señorita? –pregunta.
-Estaba buscando una colonia- respondes tú.
-¿Alguna marca en particular?
Permaneces unos segundos en silencio reflexiva.
-No, la verdad es que no – reconoces finalmente.
-Bueno, en ese caso te mostraré las ofertas que tenemos.
La dependienta te ofrece un pequeño frasco de muestra.
-Si te gusta el olor de las rosas esta es una de nuestras colonias con más éxito.
Te echas un poco de la colonia en la muñeca, huele bastante bien, pero no parece convencerte, pues niegas con la cabeza.
La mujer da entonces un golpecito al frasco y a continuación te informa de una nueva oferta.
Tú niegas varias veces antes de decidirte por un perfume de hierba buena. La asistente de la perfumería da un último toque al frasco y este toma forma de un recipiente de 50 cl. con forma de hierba buena.
-¿Es para ti o para reglar? –Pregunta la tendera dirigiéndose a la caja.
-Es para un regalo –aclaras.
-Son 30 Lt.
-¿30 Lt?
-Sí, pero en el precio también va incluido una crema de manos.
-Bueno, de ser así..., -pareces dudar, pero finalmente compras la colonia.
Con el regalo para tu madre ya comprado volvemos al tren. Tan solo son las 3 y media pm, aún quedan varias horas hasta que te vayas a patinar con tus amigos.
***
La tarde pasa despacio. Mientras tú estudias lo visto hoy en clase, yo me dedico a hacer un puzle de 200 piezas sin usar mi magia. Es todo un reto, la verdad, sobre todo teniendo en cuenta mi palmo de altura.
A las seis y media nos ponemos en marcha y, a la hora acordada nos encontrábamos ya en El Parque de la Mariposa.
El Parque de la Mariposa es una gran extensión de terreno arbolado y con jardines, en pleno centro de Melop, con caminos asfaltados para poder pasear, ir en bici, o patinar y, un pequeño lago con algunas barcas para entretenimiento de los visitantes. El tren tiene su estación en un viejo edificio situado frente al parque.
Tus amigos ya te están esperando en la puerta de este.
-Hola chicos –saludas sonriente.
-Hola Aloa, tan puntual como siempre –te devuelve el saludo Kita con ironía.
-Aun así soy la última en llegar –puntualizas.
-Bueno, no hemos venido hasta aquí para debatir quién es más puntual –os interrumpe Alec- ¿Una carrera hasta el lago?

-Esta vez ganaré yo –declaras mientras terminas de abrocharte los patines.
-Eso habrá que verlo –te reta Kita.
Yo cuento hasta tres, por ser la más imparcial del grupo, y la amistosa competición comienza.
Kita es la más rápida, dejándoos enseguida atrás a ti y a su hermano. Tú vas en segundo lugar, sorteando a la gente como puedes siguiendo mis indicaciones de derecha o izquierda. Alec va el último, aunque justo detrás de ti, aprovechándose de los huecos que vas abriendo entre los numerosos paseantes.
-Cuidado –te grito de repente, pero es demasiado tarde.
El golpe sordo de las muñequeras chocando contra el asfalto confirma que has caído al suelo tras chocar con un paseante a que no te ha dado tiempo a esquivar.
Con un tímido "lo siento" te apartas e encima del pobre muchacho que ha amortiguado tu caída con su espalda.
-¿Estás bien? –preguntas mirando hacia tu derecha a ningún punto en concreto.
Él también se sienta sobre el asfalto y se masajea la dolorida espalda.
-Creo que sí –confiesa-, pero la próxima vez ten más cuidado –te regaña.
-De veras lo siento, fue culpa mía. No te vi –vuelves a disculparte.
Yo, intentando no reírme me acerco hasta vosotros y revoloteo a vuestro alrededor mientras os observo.
-Perdonada. Pero la próxima vez mira mejor por donde vas –te sugiere antes de incorporarse y tenderte una mano para ayudarte.
Tú preces ignorar el gesto hasta que me acerco a tu oído para explicártelo.
Él te ayuda a ponerte de nuevo en pie. Luego se despide con un nuevo "ve con cuidado" y te deja sola en medio del parque, momento en el que Alec y Kita se acercan para comprobar que sigues intacta tras la caída. 


LtLatmad, moneda de la Republica de Atzneca, 1 Lt = 0.89 €

viernes, 19 de agosto de 2016

Aloa Deneb

Aloa es una joven maga ciega de 21 años que estudia Derecho mágico en la facultad de Historia y Derecho de la universidad para magos (UMM). 
Es la sobrina del candidato a presidente Chryso Nair, hermano del padrastro de Aloa. 
Es hija única y la protagonista de la historia, siempre va acompañada por el hada Emera, su lazarillo y ojos, y su perrita Rubí. 



martes, 16 de agosto de 2016

Capítulo 1

Tú apenas tenías cuatro años y estabas muy ilusionada con la idea de tener una nueva compañera de juegos.
-¡Un hada! –exclamaste entusiasmada.
Te pasaste el día haciéndome toda clase de preguntas sobre mi especie.
No tardamos en hacernos amigas inseparables, y ya desde el primer día me convertiste en tu sombra.
Hace dos años te regalaron una perrita labrador a la que llamaste Rubí y con la que tengo que compartir tu amistad desde ese momento.
El día ha amanecido caluroso, ideal para estar en la calle, pero hoy tienes que ir a clase.
Salimos de tu casa poco después que el sol, por lo que apenas había gente en la calle.
Caminamos en silencio como siempre hasta la parada del tren más cercana, un elevador cuya puerta de entrada está bien disimulada en la pared. Tú colocas una tarjeta rectangular de pequeño tamaño, más o menos como la palma de tu mano, en un ladrillo diferente al resto y la entrada al ascensor se abre. Subimos hasta el último piso, junto al tejado del edificio. Ante nosotras se encuentra una acera flotante tan ancha y larga como la que hay a ras de suelo, pero en vez de terminar en una carretera, termina en una vía de tren. Junto al ascensor, una señal anuncia que trenes son los que paran en ella y un cartel electrónico anuncia cuanto tiempo queda de espera para el siguiente tren de la línea.
Puntual, como cada día, el tren de la línea diez llega a la parada.
Tú te sientas junto a la ventana, mientras yo prefiero el suave lomo de tu inseparable perrita Rubí.
Tras tres cuartos de hora de viaje por fin llegamos a nuestro destino: la universidad de magia de Melop (también conocida como UMM).
Al bajar al andén nos reunimos con tu amiga Kita y su hermano mellizo Alec.
-Hola Aloa –te saluda kita.
-Hola Kita- le devuelves el saludo.
Alec se despide de vosotras y se marcha en sentido opuesto al que tomamos nosotras.
La facultad de Historia y Derecho mágico es un edificio de piedra lacada y pintada de blanco con grandes cristaleras y varias torres cuadradas, de unos cinco pisos de altura cada una, que se extienden a lo largo de un pasillo central de tan solo dos plantas. En mi opinión un desperdicio del espacio.
Por el camino hasta vuestra clase habéis estado hablando de esto y de aquello, pero de nada en concreto al final. Pero al entrar en el aula el tema de conversación cambia de golpe, pues el tema del día es uno bien concreto.
Tú dejas a la pequeña Rubí atada con su correa a una pata de tu mesa antes de sentarte en la primera fila.
-¿Viste el discurso de Chryso Nair de ayer? –te pregunta un muchacho que se ha acercado a nosotras.
-Sí, fue impresionante, la verdad es que dio en el clavo –le responde Kita.
-Yo no lo vi –confiesas tú.
-¿No? –el joven parece claramente sorprendido.
-Al parecer la familia de Aloa no soporta a ese hombre –le aclara Kita.
En ese momento entra la profesora y todos los alumnos se sientan en sus respectivos sitios.
La primera clase del día siempre es la más aburrida, pero se hace mucho más insoportable si se trata de "Derecho mágico en la antigüedad", y más si la imparte Dalis Venat, una mujer de bastantes años que tiene fama de dormir a cualquiera que la escuche. Aunque las persecuciones de los magos y, sobretodo, sus tretas para escapar de la justicia de esa época fuese emocionante, esta asignatura trata el tema de forma bastante teórica y por tanto es bastante insoportable.
Te observo de reojo mientras intentas concentrarte en escuchar la lección.
Quedan dos semanas para las elecciones presidenciales y como es lógico no se habla de casi ninguna otra cosa. Los favoritos en las encuestas son principalmente dos: Rigel Anka del partido Progresista Atznecano (PPA) y Chryso Nair del partido Tridente Liberal (TL). Sin embargo, Tic Tens, el candidato a presidente por el partido pro magia (PPM), está muy lejos en las encuestas, pues la gente no parece sentirse atraída por la idea de que un mago gobierne el país.
Aunque los magos, brujos, adivinos, etc., ya no tenéis que ocultaros desde hace años, la gente normal aún desconfía de vosotros solo por ser diferentes.
Lo cierto es que cualquier chispa puede encender de nuevo la mecha que os obligue a tener que ocultaros como vuestros antepasados hicieron durante siglos. Han sido siglos y siglos de lucha para que por fin se os trate como a los demás humanos y, ahora tenéis que seguir luchando para no perder el camino andado.
La clase por fin llega a su fin justo cuando pareces a punto de quedarte dormida. Tan rápido como la profesora se marcha Kita y Lepo Dri, el muchacho con el que hablaba antes de ser interrumpidos por la hora, se enzarzan en un nuevo debate sobre el tema del día. Tú les escuchas sin decir nada, como siempre, mientras yo me dedico a guardar los folios en la correspondiente carpeta y sacar nuevos para la clase siguiente.
A mí sí que me dan igual las elecciones, las hadas no podemos participar en las votaciones. Además, ¿quién pregunta la opinión a una criatura de un palmo de altura? Incluso algunos me llaman "mascota".

domingo, 7 de agosto de 2016

Prólogo



La estancia está en silencio, solo se escucha el sonido de los tacones de ella al caminar, como si de las agujas de un reloj se tratase, pues parecen seguir el ritmo del segundero del reloj de la pared frene a la ventana.  

Una mujer camina inquieta por la habitación de paredes cubiertas de un pálido color carne. Tiene el cabello castaño descolorido por las abundantes canas sin teñir,  sus ojos marrones reflejan inquietud y nerviosismo.   

Junto a la ventana un hombre de cabello oscuro y ojos castaños mira con aire ausente el paisaje urbano. De vez en cuando sus ojos se desvían hacia la puerta abierta, suspira y vuelve a centrarse en el aparcamiento del otro lado del cristal.  

En una de las sillas de plástico blanco pegadas a la pared frente a la entrada, un muchacho de pelo castaño y llorosos ojos verdes se abraza las piernas con las rodillas pegadas al pecho. Tiene la cara oculta entre sus brazos y se balancea adelante y atrás rítmicamente. A sus pies, un labrador blanco dormita alerta. 

De repente unos pasos se acercan por el pasillo, rápidos pero sin prisa.  Ninguno parece darles importancia.  

Un hombre ni muy alto, ni muy bajo, ni delgado, ni rellenito, bigote bien cuidado, cabello negro teñido de canas grises, ojos negros y mirada seria, aparece en la puerta de la salita de espera. Viste completamente de negro con su elegante camisa de botones perfectamente planchada y sus oscuros pantalones sin una sola arruga.  

-Lo siento mucho, yo -murmura tímidamente con un toque de tristeza en su voz. No mira a ningún sitio en particular, pero tampoco esconde la mirada.  

La mujer se detiene en medio de la habitación y clava sus  cansados ojos en los de él.  

-Si vienes al funeral le responde mordaz y sin titubear-, llegas pronto.

Sinopsis de la história

Nos encontramos en la republica de Atzneca, un pais democratico y moderno donde la tecnología y la magia han aprendido a convivir en armonía. Pero cuando Chryso Nair gana las elecciones presidenciales, esa armonía se verá gravemente amenazada. 
Aloa, una joven maga ciega, sobrina del nuevo presidenete, se verá, sin quererlo, arrastrada, junto a su familia y amigos, al ojo del huracán como pieza clave para ambos bandos. 
Sumérgente en esta aventura y ponte en los ojos de Aloa, quien pese a su discapacidad tendrá que demostrar, que no poder ver, no es ningún impedimento para luchar por lo que te importa en la vida.